Ridículo

Celta: Pinto; Ángel, Lequi, Contreras, Placente; Oubiña, Iriney; Jorge (Núñez, m.63), Canobbio (De Ridder, m.81), Silva; Baiano (Perera, m.75).

Real Zaragoza: César; Cuartero, Álvaro, Capi (Aranzábal, m.75), Toledo; Zapater (Sergio García, m.69), Generelo, Savio; Óscar (Celades, m.69), Ewerthon, Diego Milito.

Goles: 1-0 m.30: Canobbio; 2-0 m.46: Jorge; 3-0 m.78: Perera; 4-0 m.79: Canobbio.

Árbitro: Rodríguez Santiago (Castilla-León). Amonestó con tarjeta amarilla a los visitantes César, Capi y Álvaro.

Incidencias: Partido correspondiente a la trigésima cuarta jornada de Liga, disputado en el estadio de Balaídos ante unos 18.000 espectadores.

Ayer finalizó la buena racha que llevaba el Zaragoza cómo visitante. Y acabó de una forma tan concluyente cómo lastimosa. En la previa señalaba que el Zaragoza tenía que salir a tope, para tratar de asegurar la salvación matemáticamente, pero sobretodo, para evitar lo que finalmente sucedió. Cuando un equipo sale a jugar un encuentro sin la tensión y actitud necesarias, y enfrente tiene un rival que se encuentra en un buen momento de forma y que busca consollidar su plaza europea, lo más normal es que ocurra lo de ayer.

Y eso que el Zaragoza empezó bien, sin hacer nada del otro mundo, pero controlando bien el ritmo de partido y mostrando su peligro al contragolpe. Así la primera ocasión del encuentro fue para el conjunto maño, en un lanzamiento directo de falta de Savio desde la frontal, que se marchó muy cerca de la escuadra izquierda de Pinto. Unos minutos después, primero Ewerthon y luego Óscar pudieron adelantar al equipo visitante en el marcador, pero fue el Celta el que en el minuto 30 consiguió el primer gol. En una buena combinación entre Oubiña y Baiano, el brasileño se plantó sólo ante César, que consiguió despejar el peligro en primera instancia, pero su corto rechace lo aprovechó Canobbio para adelantar al conjunto local. Los defensores zaragocistas reclamaron fuera de juego de Baiano, pero sus protestas no sirvieron de nada y el gol subió al electrónico. De aquí al final de la primera mitad, no hubo ninguna jugada digna de ser comentada. El Celta se dedicó a controlar el balón buscando, sin mucho empeño, un segundo gol que sentenciara el partido, ante un Zaragoza inoperante y que recibió como agua de mayo la llegada del descanso.

La segunda mitad no pudo empezar peor, ya que nada más sacar de centro, el Celta consiguió su segundo tanto. En un balón largo, César tuvo que salir fuera del área para subsanar un error en el centro de su zaga, pero no consiguió alejar el peligro. Su rechace acabó en poder de Oubiña, que vió a Jorge desmarcado en el interior del área y le envió el balón, para que aprovechando que César no estaba en la portería, hiciera subir el segundo tanto local. El Zaragoza pareció reaccionar, porque a renglón seguido, Diego Milito estuvo a punto de recortar diferencias con un potente disparo cruzado, que salió lamiendo el poste derecho del portal celeste. Pero sólo se trató de una jugada aislada, enmedio del juego deshilvanado que mostraba el equipo aragonés, con cada jugador haciendo la guerra por su cuenta. A falta de 20 minutos para la conclusión, Víctor Muñoz buscó darle un giro radical a la situación, con la entrada de Celades y Sergio García por Zapater y Óscar. Pero con lo que no contaba el técnico maño, era con la lesión de Capi sólo unos minutos más tarde, que obligó al Zaragoza a agotar todos los cambios con la entrada de Aranzábal en lugar del central gallego. Eso hizó que Toledo pasará a acompañar a Álvaro en el centro de la defensa. El conjunto aragonés, con más corazón que cabeza, siguió buscando el tanto que le metiera en el encuentro. Y Sergio García, viendo al portero local adelantado, estuvo a punto de lograrlo con un chupinazo desde casi mediocampo, que Pinto envió a córner con apuros.
Las esperanzas zaragocistas de remontar se mantuvieron, hasta que en el minuto 78, y tras un saque de esquina, Perera ganó en el salto a un endeble Aranzábal y cabeceó a la red el tercer gol celtiña. Otro gol a balón parado, y van ya... Un minuto antes, y en la jugada que dió origen a ese córner, el mismo Perera habría podido marcar, pero estrelló su disparo en el cuerpo de César.
Y sin tiempo a reponerse de ese golpe, el Zaragoza encajó un nuevo tanto, obra de Canobbio, que aprovechó la fragilidad defensiva visitante para cerrar la goleada con una sútil vaselina ante la salida de César. Yo no daba crédito a lo que estaba viendo, porque el Celta no estaba necesitando hacer un gran partido para avasallar a un abatido Zaragoza. Un equipo que fue incapaz de anotar un sólo gol, que salvara al menos su honor. Ewerthon estuvo cerca de ello, a través de un lanzamiento de falta directa que se estrelló en la base del palo izquierdo de la meta de Pinto. Aunque eso, la verdad sea dicha, tampoco hubiera cambiado mucho la cosa. Tras esto, llegó el final del encuentro y la sensación de ridículo.

Tras este nuevo traspiés, el Zaragoza no varia su posición en la tabla, y se mantiene en el undécimo puesto. Pero no se debe relajar, porque todavía no tiene asegurada la salvación. Y aún podemos dar gracias a que el Alavés perdió, porque sino nos hubiera entrado el miedo a descender. Apuntar por úlitmo, que César vió ayer su quinta amarilla y deberá descansar ante el Espanyol.

El uno a uno del Zaragoza:

César: Está en un momento de forma pésimo. Pudo hacer mucho más en tres de los cuatro goles. Se le ve nervioso e inseguro y parece que juega desganado. Un 3.

Cuartero: En defensa estuvo mal, para el poco trabajo que tuvo. Cada vez que le encaran va al suelo, y así es fácil superarle. Subió mucho la banda, pero con poco criterio. Un 4.

Álvaro: Empezó bien, pero tras el descanso perdió el sitio y los papeles. Debió ser expulsado. Un 3.

Capi: Al igual que Álvaro, fue de más a menos. Acabó lesionado. Un 4.

Toledo: Le pone ganas, pero con eso no basta. Es increíble que este jugador vaya a ir al mundial. Un 4.

Óscar: Estuvo lento y muy espeso. Perdió muchos balones. Un 3.

Zapater: Apenas se le vió en la construcción de juego. Luchó mucho, pero se le nota muy cansado. Un 4.

Generelo: Una vez más, un desastre. Perdió la mayoria de balones que tocó y estuvo muy flojo a la hora de defender. Un 3.

Savio: Empezó bien y con muchas ganas, pero con el paso de los minutos desapareció. Estuvo muy individualista. Un 4.

Ewerthon: Fue el jugador más incisivo del equipo. Tuvo tres ocasiones, pero ha perdido su instinto goleador. Un 5.

Diego Milito: Estuvo ausente casi todo el partido. Sólo se le vió en un remate en la segunda parte. Un 4.

Celades: Salió para ordenar el juego del equipo, pero no lo consiguió. No aportó casi nada. Un 4.

Sergio García: Entró con muchas ganas al campo, y se mostró muy activo. Estuvo a punto de marcar un gran gol. Un 6.

Aranzábal: Salió por el lesionado Capi. No cerró bien la banda izquierda y Perera le ganó la partida en el tercer gol. Un 3.

El árbitro: Rodríguez Santiago tuvo una actuación irregular, con unos fallos, que gracias al abultado resultado, no fueron decisivos. Un 4.

Pd: Si esto es lo que nos espera hasta el final de la Liga, pues estamos apañados. El Zaragoza debe mostrar más actitud y entrega, por respeto a su afición y demás equipos de la competición.
Víctor Muñoz debe ser el primero en saberlo, y preparar mejor cada partido. Porque el planteamiento del encuentro ante el Celta, con dos mediocentros de corte defensivo cómo Generelo y Zapater, es para que se lo haga mirar. Con esta pareja ganamos en fuerza, pero perdemos en la elaboración. Porque Zapater tiene calidad, pero si pones a su lado a un Generelo que está en un momento de forma horroroso, el resultado es el que vimos ayer. Para más asombro, Víctor quitó a Zapater para meter a Celades, cuando lo más lógico hubiera sido quitar a Generelo. A Zapater se le veía cansado, pero es que lo de Generelo... Y que conste que no tengo nada en contra del jugador pacense. Es más, me parece un buen jugador y con mucho futuro, pero su rendimiento esta temporada, está muy por debajo de lo que puede ofrecer.