Se crecen ante la adversidad

El Real Zaragoza consiguió en la noche de ayer su primera victoria de la temporada ante el R.C.D.Espanyol. El 3-0 final refleja la superiodidad en el global del encuentro, pese a que un hombre vestido de amarillo, colega del que hace dos semanas nos evitó el triunfo, lo quiso evitar.
El partido se inició con dudas. Un Espanyol ordenado atrás, impedía que los hombres de arriba del Zaragoza conectasen entre sí.
A la media hora de juego, Ponzio realizaba una mano, aparentemente involuntaria. El árbitro no sólo pitaba falta, sino que le sacaba tarjeta. Ponzio protestó, y le sacó la segunda amarilla. Rubinos se cargaba de un plumazo las aspiraciones zaragocistas. O es creía.
Porque 5 minutos después, un gran pase de Andrés D´Alessandro lo recogía Luis Carlos Cuartero en la izquierda, ponía un centro raso, y Pablo Aimar llegando desde atrás conseguía su primer gol oficial con la zamarra blanquilla.
Se llegó al descanso con un enfado monumental de la afición que abarrotó el Municipal, y con la sensación de que la segunda parte iba a ser larga, muy larga.
A más de uno se le atragantó el bocadillo cuando vio que en la segunda parte iba a salir Ra´l Tamudo, la bestia negra blanquilla. También entraba Jose Maria Movilla, por un desaparecido Ewerthon y dando paso a Alberto Zapater a la derecha.
La segunda parte fue un espectáculo. En los primeros minutos, Sergio se erigió como el gran protagonista. Se anticipó a los delanteros, por arriba inexpugnable y con una salida de balón impecable. En un corte suyo, el balón se fue fuera de banda, y la afición se levantó, atónita de lo que estaba viendo. Por fin tenemos dos centrales de categoría. También fue protagonista el ejeano Zapater. Oscuro como siempre, hace las faltas que tiene que hacer, y es como un perro de presa para los medios del rival. Y además, teniendo a Movilla atrás, puede demostrar que no es un futbolista exento de técnica.
El Espanyol solo creó pèligro en un cabezazo de Pandiani. Y a partir de esa ocasión empezó el vendaval zaragocista. Mejor dicho, empezó un huracán bautizado como D´Alessandro. Menudo partido del "cabezón".
Una falta que el mismo provocó, fue lanzada con maestría, pero se estrelló en el poste. El rechaze lo cogía Cuartero, que centraba magistralmente. Diego Milito remataba y Kameni se lucía. Era un aviso.
Cinco minutos después, un pase de D´Alessandro entre líneas era aprovechado por Diego Milito para batir a Kameni. Estallaba la Romareda, porque todo esto se había hecho con uno menos.
La expulsión por doble amarilla de Costa sentenciaba el partido. Pero aún quedó tiempo para el tercero. Otro gran pase del "cabezón" era aprovechado por Oscar para batir al camerunés Kameni.
Primeros tres puntos, y una afición que acabó rendida al equipo, y, sobre todo, a Victor Fernandez.

Lo mejor: Sin duda la muralla llamada Sergio, el carisma de Zapater y la calidad de D´Alessandro.
Lo peor: Nuevamente el arbitraje, así como la actitud de Leo Ponzio. Diogo no estuvo fino por su banda.