Eterna depresión (¿?)

El Real Zaragoza sumó en la noche del jueves su tercer fracaso europeo de este siglo. De paso, se adueñó de las dudas que conlleva el proyecto Agapitiano y acabó con las esperanzas de triunfo que en Europa se habían depositado. El Cracoviazo del Aris, sólo equiparable al de aquél infausto día de Polonia, ha dejado al Zaragoza en un lugar fangoso, fantasmal, donde tiene la única compañía de sus fieles, unos fieles desanimados y decepcionados.

Pero no va a ser eterna esta depresión. Lo fácil es ser de un grande. Entonces....entonces estas cosas no pasan. Se diluyen en la grandeza, en el palmarés. Lo difícil es ser del Real Zaragoza. Por eso, debemos asumir esta debacle, esta caída pronunciada en una sóla pendiente. El Zaragoza jugó en Grecia con el fútbol, y el fútbol le devolvió la moneda en la Romareda. Apelar a la suerte como juez es algo que se buscó el Zaragoza en la ciudad rival de la Expo. Por entonces, la suerte se decantó del lado aragonés. Ahora, los griegos han saldado su cuenta pendiente, dejando una crisis que los directivos intentan zanjar.

Bien haría el Zaragoza en no querer jugar más con el alambre. La pérdida de la UEFA es muy notable, pero ya es pérdida. No hay marcha atrás. Ahora el Zaragoza debe asumir que el pasado, las 38 jornadas, no han servido de nada, y luchar por que estas 32 que quedan sirvan al año que viene de mucho. Ahora más que nunca es cuando el ZARAGOCISMO debe estar unido. Desde Agapito hasta la afición, pasando por Víctor, Bandrés, Pardeza y los jugadores. Unos jugadores que sí lo dieron todo en la Romareda. Por desgracia, aquello era la novedad. En Grecia, no había sido así.

Tocará pensar en si la exquisitez se puede plantear en este equipo. Mimbres hay, capital humano también, pero la duda está en si se puede juntar. Es inexplicable como Aimar falla pases jugando en banda, y no lo hace en el medio. Tampoco hay tanta diferencia. Igual de inexplicable es que se pase de un rombo suicida a un doble pivote sin imaginación. Son las dudas que deja Victor en el candelero. Eternas dudas. Negociemos el futuro. No queda otra.

P.D: Por problemas técnicos, no había podido actualizar. Bueno, y ganas muchas tampoco han sido.